Charles-Maurice De Talleyrand-Périgod (1754-1838) El político más hábil de su tiempo
Muy joven empezó a frecuentar la alta sociedad parisense. La sensualidad de los salones aristocráticos, su refinamiento, la vida ociosa y hedonista que en ellos se desarrollaba, le abrieron un mundo desconocido al que por su posición pertenecía. Gustó enseguida de la conversación sutil y de los modales exquisitos, de las relaciones eróticas y del juego, y se apasionó por el lujo y las costumbres caras.