Existen diversos tipos de texto ¿Cómo diferenciarlos?
Te compartimos algunos ejemplos para aprender a
construirlos según sus características, temas a
desarrollar e intención comunicativa.
El texto es una secuencia de oraciones que pertenecen a un mismo sentido global y pretenden comunicar un mensaje. Primero hace parte de un proceso de escritura y posteriormente se convierte en ejercicio de lectura.
Para lograr el efecto deseado en el lector, el autor apoya su composición con una estructura que facilite la percepción del mensaje. Esta se constituye por elementos como la introducción, el cuerpo o desarrollo y las conclusiones.
• Introducción: explica de modo general el asunto a tratar para que el lector se entere de lo que encontrará a continuación, y de esta manera atraer su interés hacia el desarrollo de la temática. Es una idea llamativa con el objetivo de motivar al receptor para que se entusiasme por seguir con la lectura.
• Cuerpo o desarrollo: presentación de las ideas principales y secundarias del tema para dar sentido a la lectura.
• Conclusión: es la parte final del texto que deja al lector con inquietudes o enseñanzas sobre el tema. Su extensión es corta y precisa.
Para construirlo, el texto requiere de elementos como los enunciados, los párrafos y la idea principal para darle coherencia al mismo.
• Enunciado: es la unidad mínima para comunicar, expresa una situación y busca ingredientes que refuercen la interacción entre receptor y emisor del mensaje.
• Párrafo: es una unidad mayor al enunciado en la cual se dividen los textos mediante el punto aparte. Cada párrafo abarca una idea, está compuesto por oraciones; las primeras son las que presentan la idea central y las otras son las que ejemplifican o sustentan a la misma.
Textos literarios: pretenden generar impresión estética y provocar emociones por medio del lenguaje. Enriquece su contenido con personajes, descripciones, lugares, diálogos y narraciones; determinados por el estilo del autor. Los cuentos y las novelas son los ejemplares de esta clase de textos.
Textos narrativos: cuentan hechos reales o ficticios. Hacen énfasis en las acciones realizadas por los personajes, el espacio y el tiempo en el que transcurre la historia; obedeciendo a una estructura y estableciendo un orden según la conexión entre secuencias y el punto de vista del narrador.
Para evitar el tedio de una extensa narración, muchos autores se valen de la elipsis, presentando la información de una manera más corta pero sin perder los elementos fundamentales que conducen y dan sentido a la trama.
Sin embargo, hay otras composiciones que centran su atención en los rasgos y actitudes de sus personajes como pista o recurso para comprender el porqué de los hechos que ocurren.
La actividad narrativa podría condensarse con tres aspectos fundamentales: definir la situación que se quiere contar, ubicarla espacial y temporalmente, y reforzarla por medio de detalles.
Textos prescriptivos: son los que guían o brindan indicaciones sobre un tema, para determinar el comportamiento del lector en una situación determinada; estos pueden ser normativos o instructivos:
Textos normativos: pretender regular la conducta del receptor con reglas, órdenes o normas. Ejemplo: manual de convivencia escolar, reglas para un partido de fútbol, normas de un establecimiento.
En cambio, los textos instructivos ofrecen información para que el lector pueda realizar una tarea; por ejemplo, recetas de cocina, manual de instrucciones para armar un escritorio, manual de instrucciones para electrodomésticos.
Textos expositivos: tienen como objetivo principal explicar o aclarar conceptos, sucesos, fenómenos o temáticas, generalmente sobre ciencia, tecnología o arte. Tiene un lenguaje técnico y preciso; exento de opiniones y posiciones por parte del autor.
Su funcionalidad es pedagógica pues expone ideas con una intención divulgativa; que solo informan sobre un tema de interés sin necesidad de conocerlo previamente y tienen un público más general; o especializada, dirigida a un sector específico que domina la temática; por ejemplo, textos de medicina, textos de física, textos de química, entre otros.
Su punto de partida es la definición, de la cual se desglosan las ideas que explican el tema. Para lograr mayor comprensión del mismo, el autor clasifica conceptos que se relacionan entre sí, recurre a las comparaciones, a los ejemplos y a las descripciones en caso de información más compleja.
Textos argumentativos: exponen y defienden una postura sobre alguna temática. Su función principal es defender una idea central, la tesis, para que esta sea probada o demostrada.
En los textos más técnicos se usan pruebas lógicas rigurosas y análisis de la relación causa-efecto; por ejemplo, argumentos a favor o en contra de una teoría científica como la evolución del hombre o la vida en otros planetas. No obstante, en casos de carácter ideológico, se emplean las emociones como herramientas para convencer, persuadir o defender un punto de vista. Ejemplo de esta metodología en el texto son las columnas de opinión sobre alguna decisión política o problemática social.