“El legado catedralicio gótico de la Iglesia debe ser entendido y respetado como una combinación de realidad religiosa con otra basada en la grandiosidad arquitectónica de sus espacios”.
En la primera mitad del siglo XII, surge en Francia el Arte Gótico, una corriente ligada en su mayoría a la arquitectura religiosa. Recibe el nombre de “Gótico” como producto del desprecio de los cultos renacentistas que consideraban “godo” y del mal gusto todo lo que se alejara de las corrientes del clasicismo.
Durante el periodo en el que surge el arte gótico, la humanidad se encuentra en un periodo de cambios; las universidades se expanden y son reconocidas como fuente de conocimiento, dejando en el abandono las escuelas catedralicias y monásticas; la intensa actividad urbana y comercial favorece la aparición de focos culturales en las diferentes ciudades que a su vez, comienzan a desarrollarse alrededor de lugares emblemáticos como la catedral y en el arte la observación y el cálculo comienzan a primar para generar una corriente más realista y naturalista.
A continuación haz clic conoce las características del arte gótico en arquitectura, escultura y pintura.
El arte gótico transforma sólo el aspecto estético de la época, sino también el psicológico, en el que se resaltaba la grandeza de Dios. Por esto, entre sus características más importantes se encuentra la verticalidad y las grandes alturas para estar más cerca de la divinidad. Por otro lado, la luminosidad cobra una gran fuerza, el muro pierde su papel estructural y es reemplazado por la bóveda de crucería, en donde las vidrieras acompañan al nuevo sistema constructivo.
Para la escultura se utilizan materiales como piedra, madera, marfil y metal. Las figuras góticas están dotadas de mayor expresividad y realismo, fijando su trabajo en los gestos. Los escultores de esta época popularizan los retablos, las miniaturas, los sepulcros y las imágenes de Vírgenes con el Niño.
La pintura, al igual que la arquitectura es de carácter religioso. Se eliminan simbolismos y se adoptan como temas centrales la biblia, los evangelios y la hagiografía (historia de vida de los santos). Los murales en fresco, la pintura sobre tabla, el temple y el óleo son algunas de las técnicas que se emplean, al igual que el manejo de la perspectiva, la luz y el juego de contraluces para realzar el modelado, el volumen y la simetría.
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